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Cuando comenzamos a caminar con Jesús después de haberle recibido en el corazón, vemos circunstancias que nos impiden orar, leer la Biblia, experimentar la presencia de Dios en nuestra vida, costumbres y hábitos que hemos llevado por años que desagradan a Dios; Son cadenas que nos impiden seguir adelante y nos arrastran al mundo y al pecado lejos de Dios, entonces allí hay una necesidad de ministrar liberación.
Jesús dijo en Juan 10:10 “El ladrón no vino sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Leamos Marcos 7:24-30 En esta historia, había una mujer griega que tenía una hija con un espíritu inmundo que la atormentaba, El Señor Jesús no quería ministrarle la liberación, solo cuando ella reconoció a JESÚS como Señor y Salvador y por su Fe, el Señor envió liberación para su hija.
Podemos concluir con respecto que la liberación es únicamente para los hijos de Dios pues es el pan de los hijos.
¿COMO PUEDEN ENTRAR LOS DEMONIOS A NUESTRA VIDA?
A través de nuestra vida hemos abierto puertas de diferentes formas, unas de ellas son:
1) Por pecado consentido: Desobediencia, codicia, ocultismo, falta de perdón, mentira, robo y adulterio. Por ejemplo: Judas, uno de los discípulos escogidos por Jesús, tenía codicia y amor al dinero (pecados consentidos) que lo llevaron a entregar al Señor Jesús por 30 piezas de plata para ser crucificado. (Lee Juan 13:27)
2) Por circunstancias: Rechazo, abandono, violencia, temor, violación, accidentes, inseguridad, películas de terror, música etc. Por ejemplo: La vida de Raquel y Lea, esposas de Jacob. Lea era menospreciada por su esposo y Raquel amada. (Lee Génesis 29)
3) Por herencia: es el pecado de alguno de nuestros antepasados familiares que se ha llevado por generaciones, maldiciones como adicciones, enfermedades, ruina, idolatría, hogares destruidos, consagración a ídolos, etc. Por ejemplo: Rahab, quien era una mujer ramera y está dentro de la genealogía de David, adulteró y por descendencia también su hijo Salomón y otros de sus hijos. ( Lee Josué 2:1 y Mateo 1:5)
PASOS PARA SER LIBRES:
1) Confesar el pecado y arrepentirse. (Lee Isaías 1)
2) Deseo de ser libres.
3) Renunciar a todos los espíritus inmundos que han atado nuestras vidas.
4) En el nombre de Jesús dar la orden a los demonios que salgan.
5) Pedir la llenura del Espíritu Santo en nuestras vidas.
6) Vivir en santidad, obediencia y rendición al Señor Jesús para que ningún espíritu inmundo vuelva a su vida. Lucas 11:24-26.
Es muy importante no dejar de congregarnos y de establecer
una relación real y de comunión Con Dios.